Adquiere la Prueba NEURO KOMPE, para evaluar competencias y preferencias cerebrales a un nivel superior

No, el modelo de preferencias cerebrales se basa en la teoría de los hemisferios cerebrales y las preferencias cognitivas. Propone que las personas tienen diferentes formas de procesar la información y pueden mostrar preferencia por el pensamiento analítico (hemisferio izquierdo), el pensamiento creativo (hemisferio derecho) o una combinación equilibrada de ambos. Este modelo se utiliza para comprender cómo las personas aprenden, comunican y resuelven problemas de manera diferente según sus preferencias cerebrales.

La Desviación de Tipo es un concepto que se utiliza para describir cómo una persona puede desarrollar habilidades y preferencias más allá de su tipo cerebral dominante. Según este modelo, las personas tienen una preferencia cerebral dominante, ya sea por el pensamiento analítico (hemisferio izquierdo), el pensamiento creativo (hemisferio derecho) o una combinación equilibrada de ambos. Sin embargo, a lo largo de la vida, las personas pueden desarrollar habilidades y preferencias más allá de su tipo cerebral dominante, lo que se conoce como Desviación de Tipo. Esto significa que una persona puede aprender a utilizar y desarrollar las habilidades y competencias asociadas con el otro hemisferio cerebral.

En este modelo, la manifestación de las preferencias cerebrales en contextos introvertidos o extravertidos puede tener importancia en términos de cómo una persona se siente más cómoda y cómo interactúa con su entorno. Aunque las preferencias cerebrales en sí mismas no están directamente relacionadas con la introversión o la extraversión, pueden influir en cómo una persona se comporta y se siente en diferentes contextos. Las preferencias cerebrales pueden influir en cómo una persona se siente más cómoda o se desempeña mejor, pero no definen por completo su comportamiento. Además, las personas pueden adaptarse y desenvolverse bien en contextos tanto introvertidos como extravertidos, independientemente de sus preferencias cerebrales.

Conocer estas preferencias aporta información especialmente valiosa puesto que permite identificar el ajuste del evaluado a las exigencias cognitivas para el cargo, conocer cómo sus aportes cognitivos y su estilo de comunicación pueden se adaptan y pueden impactar en el desempeño de un equipo de trabajo. Sin embargo, debe utilizarse junto con otros métodos de evaluación y considerando la ética y validez científica de las herramientas utilizadas.