Hace poco mi esposa tuvo una entrevista de trabajo para una promoción interna para la cual se preparó durante horas. Cuando le pregunté cómo le había ido y cómo se había sentido, su respuesta giraba alrededor de aquellas emociones que no había sentido antes en otras entrevistas y no alrededor del contenido de la conversación que sostuvo, y gran parte de su respuesta estaba relacionada con asuntos como “No sentí que respondiera a cierta pregunta con suficientes detalles”, “siento que me estaban presionando con las preguntas para profundizar”, “en algunas preguntas tuve que hacer pausas y pensar detenidamente durante un largo tiempo”, “Me siento agotada”, “¡Eso estuvo DURO!”.
Recuerdo los inicios de mi carrera como un joven asesor, cuando me estaba aventurando a tener una segunda carrera profesional además de mi “trabajo real” como Analista Comercial de Tecnología de la Información. Después de todo un día de capacitación, uno de mis mejores amigos y mentores, Larry Sternberg (quien además era mi jefe en ese entonces), me preguntó cómo sentía que había transcurrido el día. Yo estaba agotado. ¡Eso estuvo DURO! No físicamente, sino intelectual y emocionalmente duro. Yo era consciente de que había logrado los “objetivos” de la sesión de capacitación, pero me sentía abrumado con todo lo que había absorbido en el transcurso del día. Recuerdo particularmente que Larry me observaba y decía: “Así es como se siente crecer”.
Hoy en día nos encontramos en un mundo cautivado, y de cierta forma rejuvenecido, por una pandemia global. Todos los días escucho a la gente hablar de lo difíciles que son las cosas debido al virus, y desde luego estoy de acuerdo, pues para mí también ha sido un camino muy duro.
Sin embargo, yo quiero ofrecer una perspectiva nueva sobre lo que significa “duro”. Quizás no es solo el hecho que hayamos perdido nuestro trabajo o que nuestros proyectos de ventas se hayan estancado de un día para otro. Quizás no es solamente que nuestros clientes sean mucho más exigentes ahora pero no estén dispuestos a pagar más que una fracción de lo que pagaban antes, o que no encontremos a nadie que trabaje para nosotros. Quizás sea duro porque estamos creciendo, convirtiéndonos en alguien o en algo que no sabíamos que podríamos llegar a ser. Si uno no ha estado antes ahí, no es posible saber lo que se siente.
Pensemos en el talento/potencial como si fuera un vaso de agua: el tamaño del vaso es nuestro talento, es el límite de nuestro potencial de desempeño, mientras que el nivel del agua es nuestro desempeño actual. Nuestra meta, así como la de nuestra organización, debe ser ayudar a otros a llenar ese vaso – a potenciar el desempeño a su máxima capacidad. En la medida en que el vaso se llena, experimentará cambios diminutos, imperceptibles en su estructura mientras la presión del agua aumenta hasta llegar a desbordar su recipiente. La misma cosa que el vaso está diseñado para contener y mover hacia adelante hace que el recipiente se extienda mientras este se adapta para contenerla. Es lo mismo que ocurre con nuestro talento: experimentará un cambio en la medida en que nuestro desempeño se acerca a la cima.
Una bomba de caucho tiene la capacidad de contener grandes cantidades de aire. Esa es su capacidad y para eso está hecha. Pero en la medida en que se llena, su estructura cambia, e incluso se altera su apariencia física. ¿Cómo crees que se siente la bomba?
Nuestro talento tiene la capacidad de seguir creciendo, y define la medida en la que podemos extendernos y crecer, pero esa misma expansión puede “doler”, que es lo que sentimos en ocasiones. Nuestro crecimiento impacta la manera en que nos sentimos. ¿Ya lo estás sintiendo?
- Si lo estás sintiendo, pregúntate: ¿Estoy canalizando este crecimiento hacia las cosas que quiero lograr?
- Si no lo estás sintiendo, pregúntate: ¿Estoy creciendo? Si no lo estoy haciendo ¿cómo puedo encontrar más actividades que me hagan sentir esas dificultades del crecer?
- Si no lo quieres sentir, hazte esta pregunta: ¿He logrado ya lo que me había propuesto? Si es así, comparte con nosotros los pasos clave que te ayudaron a llegar hasta allá.
Si quieres saber qué tan grande es el vaso para los miembros de tu organización, contáctanos. Ese es nuestro trabajo.